Autismo en el aula

Tener niños con Trastorno del Espectro Autista (TAE) en una clase es una situación que implica a la familia, a los docentes, al equipo completo del centro y a sus compañeros y familias también.

Alumnos con autismo en clases ordinarias

Según Raquel Ayuda, psicóloga especializada en el tema, “el reto en la educación inclusiva está en que el alumno no solo esté presente en las aulas con los demás niños sino que forme parte de ese colegio y de esas aulas, al igual que el resto”.

Los recursos con los que se cuenta para hacer este tipo de integración son críticos, no solo en el aspecto económico, sino en la formación a educadores, asesoramiento y acompañamiento a quienes se van a hacer cargo de él/ella en el aula, etc. Para Rafael Villanueva, Coordinador Clínico del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Precoz (CDIAP) de Granollers, “es muy importante la coordinación con los centros públicos o privados que tratan al niño y el trabajo en red. La atención directa al niño en el aula es la punta del iceberg de toda una red de coordinaciones entre los equipos y la formación, asesoramiento y acompañamiento a los maestros.”

Josep Mª Brun señala que “no hay una indicación general y única sobre cuál es la mejor escolarización de un niño con trastorno autista. Tanto la escuela especial como la ordinaria pueden ser buenas indicaciones en una situación y caso determinado”.

Psicólogos como refuerzo a la integración del autista en las clases

Cuando una persona con Trastorno del Espectro Autista participa en una clase, tanto especial como ordinaria, pero fundamentalmente en esta última, los maestros pueden tener sentimientos difícil de manejar, y pueden sentir que lo que aportan es insuficiente o que no le dan algo que les llegue. La inexperiencia en estos casos requiere, como dice Rafael Villanueva, de “formación del profesorado y también el cuidado y asesoramiento que reciben de los Equipos de Asesoramiento Psicopedagógico de las escuelas y de los profesionales especializados de Atención Precoz y de Salud Mental.

Esto lo apoya, claramente, Raquel Ayuda, que incide en la importancia de la formación y el apoyo al equipo docente y la especialización de estos: “A la formación del profesorado se le suma la necesidad de reconocer las metodologías de comunicación y aprendizaje adecuadas para este alumnado para que puedan estimular directamente las competencias del niño con TEA.”

Fuente: isep.es